Bardo en la bodega surgió como respuesta a dos necesidades detectadas para los turistas:
Tener la posibilidad de disfrutar de una buena gastronomía y vino en un lugar de grandes vistas pero en un ambiente descontracturado, con música, que invite a la gente a socializar desde el mediodía.
Contar con la posibilidad de tener un sunset que arranque temprano, al que se pueda ir directo de la bodega a la que se fue a almorzar sin tener que volver al lugar de hospedaje a hacer tiempo.