Todo comenzó en 1992 cuando el ingeniero químico Manuel Mas, regresó a su lugar de nacimiento en Mendoza y se hizo cargo de la viña en el corazón de la región vinícola de Mendoza. Ávido pianista y un gran conocedor del arte y de las buenas bebidas, compró finca la Anita, bautizándola
con el nombre de su madre, y comenzó a elaborar una selección de vinos elegantes inspirados en los castillos de Francia y en la vida del viñedo italiano.