Nuestros vinos honran el gran legado de Ojo de Agua en Argentina. Ojo de Agua nació en 1868 cuando el legendario Pedro Luro compró la tierra al pie de la Sierra de la Vigilancia a la Sociedad Rural Argentina. Poco después, gracias al suelo y al clima ideales, se convirtió en la meca de las carreras de pura sangre, y se dedicó a la crianza de los mejores caballos no solo en Argentina, sino que es conocido en todo el mundo por sus padrillos galardonados.