Hacer un buen vino es una tarea que requiere de muchos factores importantes, el saber, el trabajo artesanal, el tiempo y la constancia; pero hay un elemento fundamental en toda historia del vino, su origen.
El clima seco de Luján de Cuyo en Mendoza conjugado con sus inviernos fríos, primaveras templadas y veranos frescos, presentan, junto a las características de sus suelos calizos y arcillosos, una combinación ideal para obtener vinos de características únicas, reconocidos en todo el mundo.
La perfecta combinación entre la naturaleza y el trabajo cotidiano de nuestra gente, dan como resultado la excelencia de nuestros vinos.