La inspiración del artista nace de sus emociones y así también el vino genera en nosotros pasión, alegría e ilusión.
Conjugando ambos y acompañados de nuestra artista plástica, tendremos una clase de pintura, aprendiendo sobre colores, formas y estilos.
El objetivo es inspirarnos en el vino y crear lo que la imaginación nos regale.